FOCUSING
ESPECIALIZACIÓN EN DEPORTE
Durante la práctica de un deporte, aparecen en determinados momentos, obstáculos, conflictos internos, voces críticas que modifican el desempeño así como el resultado, y dejan sensaciones o sentimientos de desánimo, enojo, frustración, inutilidad…
Cuando un deportista decide mejorar su rendimiento en el deporte que practica, prueba diferentes opciones, elige un camino. Un camino que es propio de cada deportista, que puede estar más o menos transitado, y que tiene metas y objetivos, dificultades, elecciones, logros…
Un camino donde hay pasos hacia delante y también encuentros con dificultades, trabas, errores o estancamientos… y frente a éstas emociones encontradas, ganas de decir basta, broncas, frustración… y ganas de seguir, seguir mejorando…
Cada partido, cada entrada en la cancha es parte de este camino. Ahí aparecen tanto los buenos como los malos momentos.
Son en estos malos momentos donde surgen las voces críticas, las exigencias, las dudas, los miedos, la mirada de los otros, los pensamientos, que impiden un mejor desempeño.
Tantas veces el deportista se dice:
¿Qué estoy haciendo?
¡¡Ahí me fui otra vez!!
¿Qué puedo hacer para que el otro no me saque del partido?
¿Dónde estoy?!!
¿Cómo puedo mantener la concentración?
¿Cómo volver a mí?
¿Cómo me mantengo en eje?,
sin terminar de comprender por qué todas estas dificultades, aparecen y desaparecen.
¿Qué hace la diferencia?
Las respuestas son variadas: el contrincante, la cancha, el clima, el lugar, la gente, las horas, falta de entrenamiento, etc.
O quizás es la persona?, siempre presente en cada partido, o a veces, menos presente en la cancha y más presente en el mundo de afuera, en la familia, en el trabajo, en la pareja, o en su mundo interno, con sus pensamientos, sus creencias, sus propias voces internas.
Tantas preguntas y tantos intentos de buscar soluciones
Un intento tras otro…
Una prueba y otra prueba…
Y es acá donde se presenta con mayor fuerza el querer dar la vuelta, dar marcha atrás, largar todo, decir basta, FRUSTRACION con mayúsculas.
Trabajar con la frustración es un tema importante para el deportista. Si puede enfrentarla, sentirla, atravesarla, puede encontrar dentro de sí una pequeña chispa, que enciende una llama, una luz, un motor en su interior, una fuerza interna que parecía apagada y que trae más ganas de seguir probando, caminar, seguir apostando al crecimiento.
Muchas veces esa pequeña chispa marca la diferencia entre abandonar, quedarse donde está, conformarse con su juego tal cual es o seguir profundizando
Conectarse con ese motor, esa fuerza interna, facilita también poder empezar a conocerse, conocer sus debilidades y fortalezas para estar más en la cancha y menos en otro mundo.
Y al estar más en la cancha, más allá del resultado, el deportista puede disfrutar más del juego.
Puede disfrutar, puede “vivir” el partido, tomar los errores como posible aprendizaje.
El triunfo mayor es poder “reconocer” y desarrollar todas sus capacidades, porque lo que desarrolla y mejora en la cancha lo desarrolla y mejora en su vida.
A su vez, si está todo entero en la cancha, puede estar más entero en su vida y vivirla plenamente.
Con FOCUSING podemos acompañar durante o después de la práctica del deporte distintas dificultades, trabas, que al ser reconocidas permiten en su momento o a futuro un mejor desempeño.
Se puede empezar la formación de focusing orientado en el deporte sin ser un deportista de elite. Lo esencial es tener ganas de querer mejorar el desempeño deportivo así como la manera de estar en la vida. Una cosa acompaña la otra.
Clr. Paula Travaglini









